Todos los padres y madres deseamos que nuestros hijos sean felices en cualquier etapa de su vida.

Cuando son pequeños creemos que son, pero conforme se hacen mayores vemos realmente si lo son.

La felicidad adulta depende de la infancia vivida. De lo preparados o no que estamos para afrontar la vida adulta.

La inteligencia emocional, la gestión de las emociones y el equilibrio de las mismas es lo que favorece la felicidad y la plenitud personal. Son temas complicados por su complejidad, desconocimiento e incluso por su carencia.

Son muchos los profesionales que nos dedicamos al trabajo de las emociones a cualquier edad. No podemos saber lo que nunca nos han enseñado y nunca es tarde para aprenderlo. Exigimos a los peques controlar sus emociones, pero debemos enseñarles a hacerlo.

Desde aprendemosuni2 os recomendamos el libro «De mayor quiero ser…feliz» y también la posibilidad de contactar en aprendemosuni2@gmail.com para obtener más información.