Una rabieta es cuando un niño se tira al suelo, grita , llora, no razona e incluso golpea y se golpea.

Suelen darse a los dos años y dura unos dos años más. Es ese momento previo a unos padres desesperados.

Debemos saber:

  • Ocurre mientras no hay un lenguaje muy desarrollado y tampoco sabe manejar el enfado y la frustración.
  • Dependen del temperamento del niño.
  • La actitud de los padres debe ser tranquila, así se deja claro que no va a funcionar y a los días dejará de utilizarla.
  • Contestar con enfado hace que se fomente la rabieta.
  • Si nunca las hemos ignorado, las primeras veces que lo hagamos crecerá la intensidad, pero a los pocos días remitirá.
  • Es importante que todos los cuidadores sigan las mismas normas.
  • Las rabietas no suelen durar más de 30 minutos y si se responde siempre igual, es un tiempo muy inferior.
  • Lo importante es reducir su intensidad.

Que debemos hacer:

  • Prevenir. Anticiparse a momentos en los que están cansados, hambrientos, enfermos, en medio de conversaciones adultas, cerca de tiendas de juguetes y chuches, no ofrecerle abanicos de posibilidades (¿qué quieres comer?)…
  • Despistar. Al saber cuando va a ocurrir podemos hacer otro plan para que no suceda.
  • Ignorar. En estos momentos no se puede razonar, si prestamos atención, les estamos dando un premio. Si cuesta reaccionar así, deberíamos cambiarlo de sitio, agacharnos y mirarle a los ojos hasta que se calme y abrazarlo en el momento que este calmado.
  • A otra cosa. En el momento que pasa, nos olvidamos y a otra cosa.

Debemos premiar los buenos comportamientos, para que no piensen que portándose mal tienen premio.